lunes, 2 de marzo de 2015

Los bolones

La letra que más me costó aprender de chico fue la “b”, y como resultas de aquella torpeza me ha quedado una secuela que me hace parecer tonto, se trata de que cuando quiero hablar del bolón (léase la “o” sin tilde como si fuera una “a”, porque lo es) escribo bolón, con “o”, y se arma un garabato festivo mundial, sobre todo, para mí, que me dedico a la crónica deportiva, a los lectores les resulta cómico que me pase el día entero hablando de los bolones, otros, sin embargo, se lo toman como si les dolieran las muelas y me escriben indignados tachándome de ignorante, de inculto… y de soecerías y ordinarieces que no me atrevo a reproducir para no herir la sensibilidad de nadie.


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